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Hace un poco más de cuatro años me internaron en el hospital con un fuerte dolor de riñones. Se pensaba eran cálculos pero no fue así, tenía una fuerte infección urinaria. Después de una semana de antibióticos como no se me quitaba el dolor y difícilmente podía apoyar la pierna izquierda me ingresan en la clínica 89 del Seguro Social.

Puedo decir que es una de las experiencias más terribles de mi vida.

Minutos después colocaron sobre la pared arriba de la camilla donde yo estaba acostada un papel que decía "apendicitis" señorita dijo mi madre mi hija no tiene apendicitis, es infección renal. Minutos después cambiaron el papel y colocaron otro que decía "diverticulitis", para no hacerles el cuento largo todos los estudiantes de medicina que estaban practicando pasaban y me preguntaban ¿qué tiene? y al darles respuesta me golpeaban en el riñón y claro yo daba de gritos. Dieron las 10 de la noche y aún no me hacían nada estaban esperando una ambulancia para que me llevara a hacer el estudio al CENTRO MEDICO. No es posible dijo mi madre vámonos de aquí,me dieron de baja pasadas las 10:30 de la noche y salí de ahí con el dolor mucho más fuerte que cuando me ingresaron.

Al día siguiente me llevaron con un gran amigo, el Dr. Luis Manchego quien después de hacerme varios estudios me dice: parece que hay dos tumores, uno está oprimiendo el ovario izquierdo y el otro está en una trompa, tienes que ir con un especialista en cáncer.

Pues bien voy con el especialista y me pide un ecosonograma pélvico, después me receta un mundo de medicinas y me dice que en tres meses regrese que van a disminuir los tumores y que si no pues me los quita y ya. No creo que sea "cáncer" dijo, eres una persona sana, no fumas, no tomas, haces ejercicio.

Saliendo de ahí le llamo a mi gran amigo Jorge Torres con el que estudié masaje holístico y al platicarle mi problema me dice: vente a las 6 de la tarde te voy a poner imanes, tú no tienes "cáncer" son "abscesos". Pues ahí estaba yo puntual. Lo único que puedo decir es que bastaron dos citas de biomagnetismo para que los abscesos desaparecieran de mi organismo, dos semanas después me volví a hacer un ecosonograma pélvico y "no había nada".

Pues bien seis meses después me paralizo de la cintura para arriba, me fui a hacer análisis de sangre: Tifoidea decía el estudio. Voy de nuevo a terapia biomagnética y resulta que efectivamente era tifoidea pero también tenía dengue. De no poderme mover al día siguiente yo estaba perfectamente bien, sin dolor en el cuerpo y con movimiento total.

Fué entonces cuando tomé la decisión de estudiar el Par Biomagnetico con el Dr. Isaac Goiz Duran, al cual le estoy muy agradecida por compartirnos todos sus conocimientos.